la canción perfecta


Podríamos decir que una hogaza de pan es perfecta. También una rueda de bicicleta. Una sábana. Una vela. Un jamón de pata negra. Algunas fotografías de Cartier Bresson. La cara de Kristin Scott Thomas. Los ojos de cualquier niño.
La perfección no atiende a un canon; ya no. Se trata de una combinación en proporciones variables de utilidad, belleza, simplicidad, capacidad sugerente, armonía, elegancia.
Un pan se trasciende a sí mismo y no por ello deja de ser un pan. Cumple con su cometido y lo supera ampliamente. Zurbarán lo sabía bien, por citar a uno.
Todo esto es objetable, obviamente. El jamón no será un buen ejemplo para los vegetarianos; la cara de Kristin no le dirá nada a mucha gente y así sucesivamente. Pero es lo que tiene nuestro tiempo, que no hay manera de establecer criterios universales. Estos que aquí expongo, en cualquier caso, son los míos; y no creo que esté solo en ellos.
Entramos un domingo a eso de las ocho de la noche. Fue hace unas semanas en la taberna de La escondida, Madrid, junto a las Cavas. En La escondida siempre hay buena música a un volumen exacto para escucharla y poder oír a tu contertulio al mismo tiempo. Esta vez había un cambio. Hacía tiempo que no iba –un año aproximadamente- y me sorprendió ver una pantalla de televisión al final de la barra. Estaba apagada; sin embargo, pese a la confianza en el dueño, los temores fueron inevitables. Al poco se encendió y apareció un concierto de los Eagles que desconocía, una actuación acústica en directo. Desde ese momento quedé semihipnotizado por lo que aparecía en la pantalla. Días más tarde pensé: el Hotel California es una canción perfecta.
Dejándome llevar por su melodía –cuántas veces ya, y siempre es nueva-, me trasporto a carreteras perdidas, viajes sin prisas en un coche donde suena una emisora de radio, un hotel en mitad del camino hacia ninguna parte; recuerdos de La odisea, de cine negro y de Jack Nicholson; espejos y pasillos inquietantes. Quién puede escapar de su destino, viene a decir la canción. Estos griegos, que no dejan de estar presentes allá por donde mires.
La foto del final, de Henry C.B.

Hotel California

On a dark desert highway, cool wind in my hair
Warm smell of colitas, rising up through the air
Up ahead in the distance, I saw a shimmering light
My head grew heavy and my sight grew dim
I had to stop for the night
There she stood in the doorway;
I heard the mission bell
And I was thinking to myself,
’this could be heaven or this could be hell’
Then she lit up a candle and she showed me the way
There were voices down the corridor,
I thought I heard them say...
Welcome to the hotel california
Such a lovely place
Such a lovely face
Plenty of room at the hotel california
Any time of year, you can find it here
Her mind is tiffany-twisted, she got the mercedes bends
She got a lot of pretty, pretty boys, that she calls friends
How they dance in the courtyard, sweet summer sweat.
Some dance to remember, some dance to forget
So I called up the captain,
’please bring me my wine’
He said, ’we haven’t had that spirit here since nineteen sixty nine’
And still those voices are calling from far away,
Wake you up in the middle of the night
Just to hear them say...

Welcome to the hotel california
Such a lovely place
Such a lovely face
They livin’ it up at the hotel california
What a nice surprise, bring your alibies
Mirrors on the ceiling,
The pink champagne on ice
And she said ’we are all just prisoners here, of our own device’
And in the master’s chambers,
They gathered for the feast
The stab it with their steely knives,
But they just can’t kill the beast

Last thing I remember, I was
Running for the door
I had to find the passage back
To the place I was before
’relax,’ said the night man,
We are programmed to receive.
You can checkout any time you like,
But you can never leave!



1 comentario:

Virginova dijo...

Bueno, bueno...Las últimas entradas de tu blog me encantan... Por supuesto estoy de acuerdo con tu sentimiento y sentido de la perfección. Ayer mismo reflexionaba sobre ello mientras observaba una hoja de sauce otoñal que en su trayectoria se acomodó en mi balcón. el tema de los "Eagles" me ha devuelto a la infancia por momentos, cuando mi padre la ponía en el tocadiscos. Ya te daré un abrazo y beso perfectos...